Hola!, cómo va todo?, ya vamos camino de la Navidad, en nada las luces de las calles se encenderán para recordarnos que tenemos que empezar a comprar regalos, y la verdad es que no me gusta nada, odio ir de compras, no me gustan las aglomeraciones en las tiendas: me mareo, me empiezo a encontrar mal... jajaja, por eso, cuando voy, es porque es estrictamente necesario y lo hago sola y lo más rápido posible.
Pero bueno, aún quedan algunas semanas para empezar a pensar en esto, mientras yo sigo recordando el verano y pensando en el próximo ;)
Siguiendo con la ruta por EEUU, hoy os quiero contar nuestra visita al Gran Cañón, un sitio absolutamente espectacular, en el que te sientes minúsculo y en el que se relativizan todos los problemas.
Salimos sobre las 9 de la mañana de Las Vegas y llegamos hacia las 14h, acostumbrados a pegarnos una media de 12h en el coche cada vez que cambiábamos de destino, eso fue un paseo.
Empezamos a pasar por parte de la Ruta 66, y el calor seco del estado de Arizona se apoderaba de nosotros.
Como teníamos el tiempo justo, como todo en este viaje, teníamos pensado dar una vuelta por el lateral del cañón, admirar el paisaje, comer allí y poco más, aunque daban ganas de quedarse allí al menos una noche y poder hacer alguna actividad, pero era imposible.
Llegamos a la parte sur del Gran Cañón, el South Rim, que es el más cercano viniendo de Las Vegas, aquí se encuentra el Centro de Visitantes de la parte sur y hay un borde por el que poder disfrutar de unas impresionantes vistas. Desde este lado del Gran Cañón es donde están las mejores panorámicas.
En las siguientes fotos podéis ver la entrada al Gran Cañón:
Estuvimos bordeando el Gran Cañón admirando su belleza y nos comimos unos sandwiches que nos habíamos hecho mientras íbamos en el coche, todo a contrarreloj!
Otra instantánea de las vistas:
Después de estar unas horas disfrutando de esta maravilla de la naturaleza nos dirijimos hacia Williams, un pueblecito típico de la Ruta 66 que está bastante cerca del Gran Cañón, para pasar una noche.
Cuando íbamos de camino al Gran Cañón pasamos por allí, la antigua Ruta 66 cruza este encantador pueblo y todo está ambientado en esta carretera, se respira un aire muy especial. Miramos algunos moteles y preguntamos precios, ya que no teníamos ninguna reserva hecha, y nos decidimos por el Motor Hotel, un típico motel de carretera que estaba bien de precio, unos 60$, y la habitación estaba bastante bien. No lo reservamos, a la vuelta cogimos la habitación sin problema.
He de deciros que nos daba un poco de cosa el hecho de ir sin alojamiento durante la ruta, pero os aseguro que, si decidís hacerla, no tendréis problema para conseguirlo, hay bastantes moteles, están limpios y son asequibles y la mayoría tienen wifi, en la habitación o en las zonas comunes.
Una vez instalados salimos a dar una vuelta y a cenar. En la guía que llevámos hablaban muy bien del restaurante Rod's Steak House, típico de carne a la barbacoa al más puro estilo americano.
Yo cené pollo rebozado, riquísimo, pero el plato era enorme, y además, te ponían un entrante de sopa o ensalada, salímos rodando de allí!
Después de la pedazo de cena nos tomamos algo en un bar y a dormir, que nos esperaba otro largo día de carretera!
A continuación os dejo con unas fotos que hice en el Gran Cañón del anillo "Piedras", los colores se fundían con el paisaje rosado y marrón.
Espero que os haya gustado!, en el siguiente post os contaré cositas sobre la Ruta 66 y todo lo que vimos a su paso.
Que tengáis un buen fin de semana!
Besotes,
Marga